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"Cuidado con las dietas"


En ambientes globalizados, es frecuente que las personas compartan todo tipo de archivos, contenidos multimedia, libros, tips, y un sinfín de información. Muchos de estos contenidos pertenecen a objetos disciplinares variados, como medicina, biología, economía, psicología, nutrición y otros. En el caso concreto de la nutrición, hay un sinnúmero de páginas web de las cuales, en su mayoría, la información incluida en ellas no es regulada por alguna organización de salud o asociación médica que certifique la confiabilidad de esos datos.


Estos contenidos, negligentes en muchos casos, pueden ser riesgosos para aquellos que llevan a cabo dichas dietas. Por ende, es importante que se conozcan los aspectos nutricionales básicos que deben considerarse antes de llevar a cabo un plan alimenticio.


Por ello, primeramente, se debe tomar en cuenta:

  1. La seriedad de la publicación o sitio web. Este detalle permite diferenciar entre los sitios seguros que respaldan la información que están publicando y aquellos que son elaborados sin conocimientos disciplinares, metodológicos o experimentales. Los segundos están destinados a la lectura rápida o al entretenimiento.

  2. ¿Cómo está escrito el texto? Generalmente, los textos de contenido científico o medico incluyen términos específicos, ejemplos, efectos, relaciones de afectación, pros y contras.

  3. ¿Cómo presentan la información final? Los artículos no sustentados, generalizan o hacen de su contenido una totalidad infalible. En contraste, las publicaciones sustentadas manejan la eficacia y efectividad de lo que están describiendo, tomando en cuenta las limitaciones e implicaciones.

Pero, en aspectos nutricionales ¿Qué es lo que este tipo de dietas no consideran?


Al elaborar un plan alimenticio, los nutriólogos toman en cuenta una serie de medidas e indicadores que les permiten determinar cómo va a constituirse una dieta, en función de las necesidades nutrimentales del paciente, su estado de salud actual, el ritmo de vida que tiene y la forma en cómo lleva a cabo su alimentación diaria. Básicamente, se trata de crear menús personalizados, que equilibran la ingesta de carbohidratos, lípidos, proteínas, fibra dietética y agua que el organismo de cada persona requiere para funcionar de manera idónea.


Aunado a esto, el experto toma en cuenta el fin de esa dieta, ya que no es lo mismo elaborar un plan para aumentar de peso (masa para fines técnicos) que para bajarlo, o un plan para disminuir los triglicéridos que aquel destinado a disminuir los niveles de azúcar en sangre.


De manera obligada, los expertos consideran los siguientes aspectos:


  • Gasto Energético Basal (GEB). Es el índice que describe la cantidad de calorías que gasta un individuo por estar en estado de reposo o en otras palabras, únicamente por respirar.


  • Actividad Física (AF). Es el índice que relaciona las actividades que desempeña una persona con la cantidad de calorías empleadas para llevarlas a cabo. Mediante un registro del tipo de actividades, las horas empleadas para cada una de ellas y la relación con constantes matemáticas se obtiene la cantidad antes mencionada.


  • Efecto Termogénico de los Alimentos (ETA). También conocido como termogénesis, es el proceso mediante el cual cada una de las comidas que realizamos es metabolizada, elevando así el calor de nuestro cuerpo. Por ende, este proceso incrementa el gasto calórico de un individuo.


  • Gasto Energético Total (GET). Es el cúmulo de los índices anteriores, puesto que es la necesidad energética total del individuo. En un plan alimenticio debe ser considerado con mucho cuidado, ya que los alimentos son la principal fuente de nutrientes que dotarán al cuerpo de las calorías necesarias para poder mantener la vida.

Aunado a lo anterior, se realiza la medición de:


  • Talla. Estatura de una persona (en cm o m, dependiendo de la conversión que se haga al momento de realizar los cálculos de complexión y nivel de nutrición)

  • Peso (Masa). Estrictamente son los kilos que tiene una persona.

  • Circunferencia en cm de la cintura, cadera y muñeca.

  • Pliegues cutáneos. Con ayuda de un aparato conocido como plicómetro, se miden las áreas bicipitales, tricipital, subescapular (Cercano a los omoplatos) y suprailiaco (Por encima de los huesos ilíacos).


En función de las medidas anteriores, se obtienen otros índices como el IMC (Índice de masa corporal) que relaciona la masa magra y la grasa corporal. Esto va a determinar el estado de salud del paciente, dando a conocer si tiene obesidad en tipo I, II y III, sobrepeso, normalidad o desnutrición en tipo I, II o III.


Aunado a lo anterior, el ICC (Índice Cintura Cadera o Radio Cintura Cadera) clasifica a las obesidades humanas con base en la distribución del tejido adiposo. De esta manera, se puede determinar la probabilidad de que se presente alguna enfermedad como diabetes, hipertensión, intolerancia a la glucosa, etc.


Tomando en cuenta toda la labor que un experto lleva a cabo para realizar un plan alimenticio, surge nuevamente la necesidad de que esta información sea difundida de manera correcta.


Con tantas consideraciones, queda en evidencia el hecho de que las dietas no sustentadas pueden poner en riesgo la salud de quienes las llevan a cabo, ya que pueden estar excedidas o reducidas en el requerimiento calórico personal, pueden desequilibrar los niveles de glucosa o triglicéridos o simplemente no se adecuan a la persona y los fines que quiere perseguir. Esto las convierte en un producto que no cumple con los estándares de salud para considerarse un plan inocuo.


El conocimiento de esta información pretende facilitar la elección de contenidos web o impresos antes de llevar a cabo dichas dietas.

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